248 / CONCEPCIÓN Y DESARROLLO PRENATAL

La concepción (fertilización) tiene lugar aproximadamente 14 d antes de un período menstrual, inmediatamente después de la ovulación. Si los ciclos son irregulares, el momento de la concepción y, por tanto, la duración de la gestación y la fecha exacta del parto pueden ser difíciles de determinar.

En el momento de la ovulación, el moco cervical se hace menos viscoso, permitiendo el tránsito rápido de los espermatozoides desde la vagina hacia la cavidad endometrial. Los espermatozoides pueden sobrevivir en la vagina hasta 3 d antes de la ovulación. En condiciones experimentales pueden migrar hasta el extremo fimbriado de la trompa en 5 min.

La concepción se produce en la trompa, generalmente cerca del extremo fimbriado. El epitelio tubárico debe funcionar apropiadamente para que el espermatozoide y el óvulo se unan formando el cigoto, que continúa dividiéndose y desarrollándose durante su tránsito hasta la cavidad endometrial a través de la trompa. El cigoto realiza este viaje en 3 a 5 d y alcanza el lugar de implantación en otros 1 a 2 d. Durante este tiempo, el cigoto continúa dividiéndose y en el momento de la implantación ha formado un blastocisto (una capa simple de células rodeando una cavidad central). Una zona de la pared del blastocisto tiene un grosor de 3 o 4 células. Esta área constituye el polo embrionario, que en poco tiempo se reorganiza para constituir el embrión.

Implantación

La implantación generalmente tiene lugar en la cara frontal o posterior de la cavidad endometrial cerca del fundus. Las células trofoblásticas proliferan a partir de la superficie del blastocisto invadiendo el endometrio, de forma que el blastocisto penetra hasta la capa central del endometrio. Este proceso comienza entre los días 5.º y 8.º y es completo hacia el día 9.º o 10.º

Alrededor del 10.º día pueden identificarse las células sincitiales (del sincitiotrofoblasto) y las del citotrofoblasto. Ya desde este momento, la tinción fluorescente muestra la presencia de gonadotropina coriónica en las células sincitiales. Probablemente, el resto de hormonas tróficas producidas por la placenta aparecen en las células sincitiales poco tiempo después. La pared del blastocisto se convierte en el corion (la capa más externa de las membranas que rodean el feto y el líquido amniótico). La capa interna (amnios) se desarrolla sobre el 10.º o 12.º d a partir de una hendidura en la capa ectodérmica embrionaria, formando el saco amniótico; éste se llena de líquido y se expande para cubrir el embrión, adhiriéndose a la superficie interna del corion (pared del blastocisto). La cavidad del blastocisto desaparece.

El embrión continúa creciendo, pero se limita a ocupar una sola pared de la cavidad endometrial hasta la 12.ª sem. En este momento, el endometrio sobre el embrión (decidua) llega a contactar tan próximamente con el endometrio de la pared opuesta que ambos se funden y obliteran la cavidad uterina. La única cavidad que queda en el útero es la cavidad amniótica que contiene el líquido amniótico y el feto.

Placentación

La primera evidencia de formación de la placenta es el desarrollo de las células trofoblásticas el 10.º d. La invasión de los vasos sanguíneos maternos por estas células produce un escape hemático en el espacio entre ellas, formando lagunas que darán lugar al espacio intervelloso. El feto obtiene los nutrientes a partir de las lagunas trofoblásticas. Inicialmente, la placenta rodea el blastocisto, transmitiéndole nutrientes y eliminando los productos de desecho directamente a través de las membranas celulares. Tan precozmente como alrededor del 11.º o 12.º d comienzan a formarse las vellosidades coriónicas; éstas van dividiéndose en ramas y ramillas en una disposición compleja similar a un árbol alrededor de la superficie coriónica. La transferencia de sangre materna al feto a través de las vellosidades comienza cuando aparecen los vasos fetales en la placenta, alrededor del 19.º d.

Aproximadamente sobre la 12.ª sem y posiblemente influenciado por la localización del origen principal de sangre materna, la placenta verdadera o discoide comienza a delimitarse en el antiguo polo embrionario; la placenta se une a la decidua a través de las vellosidades directamente por encima de las arteriolas espirales maternas
(v. fig. 248-1). El resto de las vellosidades se atrofian y desaparecen totalmente sobre la 16.ª a 18.ª sem. Las arteriolas espirales se vacían al interior del espacio intervelloso de modo que la sangre materna circula alrededor y a través del entramado de las vellosidades y se drena hacia fuera a través de dos o tres senos venosos asociados con cada una de las arteriolas espirales. Las vellosidades se dividen en grupos denominados cotiledones, cada uno de los cuales está irrigado por una o dos arteriolas espirales. Al final, la placenta contiene 10 a 20 cotiledones. Los nutrientes se transfieren desde la sangre materna al espacio intervelloso, a través de las células trofoblásticas, a través del núcleo fibroso de las vellosidades y a través de las células endoteliales de los capilares fetales, hasta la sangre fetal. Los desechos celulares circulan en sentido contrario. Esta disposición se denomina placenta hemocorial porque la sangre materna se encuentra en aposición con el tejido coriónico fetal o trofoblástico.

La placenta discoide adquiere su forma final a las 18 a 20 sem de la gestación y continúa creciendo durante la misma hasta alcanzar un peso de unos 500 g en el momento del parto.

Embriología

El fruto de la concepción puede reconocerse como un embrión unos 10 d después de la fertilización, cuando el ectodermo se fisura para formar el saco amniótico. En este momento están presentes las tres capas germinales (ectodermo, mesodermo, endodermo) y generalmente pueden diferenciarse. Entonces, comienza a desarrollarse la hendidura primitiva que forma el tubo neural. Alrededor del 16.º o 17.º d, el mesodermo se engorda en la parte próxima al extremo cefálico, formando un canal central que finalmente da lugar al corazón y grandes vasos. El corazón comienza a impulsar el plasma a través de los vasos alrededor del 20.º d y el 21.º aparecen los glóbulos rojos fetales. Estos hematíes muy inmaduros, nucleados, pronto son reemplazados por formas maduras. Los hematíes nucleados reaparecen sólo en la eritroblastosis (v. cap. 252) y en la hipoxia fetal en curso. Los vasos fetales se desarrollan a través del cuerpo poco tiempo después. Algunos aparecen en el interior del pedículo corporal; éste conecta el saco alantoideo con el abdomen fetal en el ombligo y contiene vasos sanguíneos y una prolongación del uraco, que drena la orina desde la vejiga al saco alantoideo. Éste se atrofia rápidamente, de modo que el pedículo corporal se transforma en el cordón umbilical, conectado a los vasos placentarios. Los vasos umbilicales transportan la sangre hacia y desde la placenta. La formación de los órganos es completa hacia la 12.ª sem de gestación (70 d después de la fertilización), excepto en el caso del SNC que continúa desarrollándose durante todo el embarazo.

La mayor parte de las malformaciones aparecen durante las primeras 12 sem, cuando las influencias teratogénicas externas, como el virus de la rubéola, son más destructivas. Todos los fármacos y vacunas deben evitarse hasta después de la 12.ª sem del embarazo a menos que sean esenciales para la salud materna; los fármacos teratógenos deben evitarse completamente (v. cap. 249).